Viejos fantasmas,
se posan sobre mi pecho,
y contemplando el
silencio,
comprenden el equidistante
soneto,
Para transformar la música,
de nuevo en su seno,
improvisará la tribuna,
para sentirse completo
Las melodías esta noche,
viajaran por mis dedos,
y se curvaran en tu
espalda,
para transformar el
libreto
Mis labios osarán,
devolverte el brasero,
para encenderlo de
sueños,
y también de amuletos
El ritmo moverá mis
manos, (y mis manos moverán tus ritmos)
al compás de mi pluma,
y mi tinta sublime,
se desparramará en las
hojas que curvan,
el espacio y el tiempo,
por el camino predilecto
Sometiendo a rigor,
El sentido inmediato,
Liberaré tus movimientos,
De la acción premeditada
Y enseñándote los
elementos,
Para que tu alma se
desvista,
Correré tu manto,
De ardiente bailarina.