No pudo ser el designio,
no pudo ser la payada
que le hayas regalado tus
piernas al río,
en tan solo una balada,
Quisiste enseñarme las ondas,
que recorren tu esbelto cuerpo,
y aprendí por que la luna,
sale entre mi vaso y pluma,
y se deposita en el espacio
yerto
Leyendo un libro de girondo,
encontre las alas que buscaba,
y sali a sobrevolar la ciudad,
esperando ese mundo de gente,
escribiendo versos a las
estrellas
para compartir la musa naciente
Y girando hacia la esquina,
encontre un barrio nuevo,
donde el trabajo no tenia
hipertensión,
y era un verdadero placer,
un renacer del humano
una hermosa transformación
.
una hermosa transformación
.
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