Como hundido en el mar,
ríos sonrieron sorprendentemente,
saliendo del pensamiento contemporáneo,
descubrí que podía
sobrevolar,
y acariciar suavemente,
la infraestructura de tu
cuerpo,
sosteniendo la parábola
en silencio mediato,
Juguemos a amarnos,
yo te traeré unas flores,
y mi habitación será el
salón de juegos,
encenderé unas velas,
para que las confundas
con las estrellas,
Y en ese clima perfecto,
tu podrás crear sin
prejuicios,
echaras a andar tu
imaginación
expresando tus
sentimientos,
y cuando menos te lo
esperes,
encontraras a tu
verdadero yo.
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